La Alameda
Por: Víctor Manuel Sánchez Valdés
Por años la Alameda fue el epicentro de la vida social de Saltillo, un lugar donde la familia podía convivir sanamente, pero el olvido de las autoridades municipales han provocado que hoy sólo quede el recuerdo nostálgico de ese lugar.
La Alameda es hoy un lugar descuidado, con instalaciones desgastadas a falta de mantenimiento, los juegos infantiles se encuentran desvalijados convirtiéndose en un foco de peligro para los niños que ahí se divierten, las fuentes que en antaño representaban un agradable espectáculo de luces multicolores, ahora apenas y pueden echar unos cuantos borbotones de agua.
Uno de los factores que más han contribuido al desgaste de la principal plaza pública de la ciudad es la proliferación de puestos de comida en su interior que rompen la armonía visual, pero el problema más grande es la cantidad de basura que los mismos generan que hacen que la Alameda sea un lugar sucio y con mal olor, yo me pregunto: ¿para qué cambiar los adoquines, si los puestos van a seguir ahí ensuciándolos?, ¿no sería mejor reubicar los puestos, antes de invertir?.
Cuando era niño me divertía arrojándole semillas a los patos que abundaban en el lago de la Alameda, hoy eso es casi imposible simplemente porque de unos años para acá la población de plumíferos ha decaído de manera alarmante, hace unos meses una ciudadana preocupada por el asunto cuestionó al Alcalde: ¿dónde están los patos?, a lo que el “Diablillo”, con la falta de seriedad que lo caracteriza contestó, “algunos andan por ahí” y “usaremos la otra mitad de los patos de la Alameda para hacerles chalecos de pluma de pato a los policías municipales”.
Los jardines también han sufrido los embates del tiempo, los árboles que mueren pocas veces son sustituidos, las esculturas desparecen a la semana ser colocadas, ¿por qué? por falta de vigilancia, tan inhóspitos se han vuelto los recovecos interiores de la Alameda que muy pocos cristianos se atreven a explorarlos a excepción de las parejitas de preparatorianos, los pervertidos, y los vagos ¿Y así quieren las autoridades que los niños asistan a la biblioteca pública que se encuentra al interior de esta importante plaza?
Yo le podría sugerir que si está preocupado por el deterioro de la Alameda le escribiera al cabildo de Saltillo, pero ¿para qué lo hago?, la verdad ni caso van a hacerle. El cambio verdadero podemos hacerlo en el 2009 en la próxima elección de Alcalde, sea cual sea el candidato que pida su apoyo pregúntele: ¿cuál es su plan para rescatar la Alameda?, si no responde, simplemente no le des tu voto.
Blog 50 políticos:
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