Guerra de panorámicos
Por: Víctor Manuel Sánchez Valdés
En Coahuila se ha desatado una guerra publicitaria sin precedentes, donde varios de los alcaldes están en competencia abierta para ver quien coloca más anuncios panorámicos con su imagen en las calles y avenidas de las principales ciudades del estado.
En esta ocasión personajes de todos los partidos son culpables, los competidores no son otros que Fernando de Las Fuentes (Saltillo), Ricardo Aguirre (Ramos Arizpe), José Ángel Pérez (Torreón) y Pablo González (Monclova), entre otros.
Resulta imposible que se inaugure una obra gubernamental, sin que previamente se haya colocado un panorámico con el rostro de la persona a quien supuestamente le debemos que cumpla con su trabajo ¡como si no fuera su obligación!, se ha llegado a excesos tales que la referida mejora cuesta menos que el gasto que se eroga en promoverla.
El primero en salirse de su territorio a promocionar su imagen a través de espectaculares fue el actual edil de Torreón José Ángel Pérez, que bajo la excusa de promover el centenario de la referida ciudad invita a todos los coahuilenses a asistir a las festividades que se llevarán a cabo en la misma, pero ¿por qué tiene que aparecer él en las fotos?, ¿acaso también cumple cien años?, ¿o es uno de los tesoros de la perla de la laguna?, pues no, simplemente porque quiere ser gobernador y esa es una forma de darse a conocer a costas de los contribuyentes y no de su bolsillo.
Si consideramos que en promedio el precio base de un espectacular ronda los $30, 000 mil pesos mensuales, y tan sólo el municipio de Saltillo cuenta con más de 200 de estos espacios, entonces podríamos llegar a la conclusión de que el ayuntamiento gasta por lo menos seis millones de pesos al mes en este rubro, ello sin contar lo que se gasta en televisión, radio, prensa, panfletos, etc, ¿por qué tiene que costar tanto decir “te quiero Saltillo”?
Este conducto no es privativa de los alcaldes, por el contrario, ha impregnado a todas las esferas del gobierno, tanto que ahora los Secretarios de Estado o el más simple de los regidores no desaprovecha la oportunidad de poner su imagen en algún panfleto de mala calidad.
La cuestión de fondo es que este tipo de anuncios están siendo utilizados por la clase política para catapultar sus aspiraciones futuras con dinero del pueblo, lo cual contraviene a un principio básico que debe regir al administrador público, que no es otro que: “abstenerse de servirse del poder”.
Es necesario poner un alto a esta devastación indiscriminada del erario público, por lo que considero imperante que se legisle para prohibir a los servidores públicos, utilizar su nombre e imagen en la promoción de obras públicas y acciones de gobierno (cualquiera que sea el medio; radio, televisión, prensa, espectaculares, etc), por mi parte hago público que en caso de haber un diputado local con los pantalones para presentar una iniciativa en dicho sentido, un servidor se compromete a redactar el mencionado proyecto de ley.
victorsanval@yahoo.com.mx
www.reinventandoamaquiavelo.blogspot.com
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